miércoles, 10 de octubre de 2012

Amor a quemarropa: La Venganza

Hace unas semanas, llevado por la tristeza debida a la muerte de Tony Scott, describí "Amor a quemarropa" como una de sus películas "con buen guión". El caso es que hace poco decidí montarme una proyección-homenaje a Scott y la volví a ver después de 16 o 17 años (sí, no la veía prácticamente desde que era adolescente. ¡Cómo pasa el tiempo!) y se me ha caído totalmente al suelo. El guión es literalmente una fantasía pajera de un psicópata, que no se mantiene para nada en el mundo real, pero que supongo que era perfecto para la estética irreal hollywoodiense de Scott. También afecta a mi percepción saber tras haber visto sus siguientes películas que Tarantino sólo tiene ese rollo de gente guay que habla mucho, como "one-trick pony" que es.

El protagonista es un pajero psicópata más solo que la una porque asusta a las mujeres hablándoles de frikadas que no le interesan a nadie, particularmente de películas de kung fu. Pero aparece una mujer que finge encontrárselo por casualidad y caer rendida ante él. Sólo que sí que cae rendida ante él de verdad, y acepta renunciar tranquilamente a su personalidad para adaptarse a los peculiares gustos de él.

A ver, seamos serios. Eso de "se conocen, follan y ella se enamora perdidamente" es una FANTASÍA DE PAJERO, como todo lo demás, así que esa postura es indefendible. "Sí, pero mola." Ya, pero es que la única mujer de la película sigue siendo una rubia tonta del culo que se pone a los pies de su marido como reconociendo su superioridad en la relación. Es un personaje que da auténtica pena, como cuando insiste en que no es una puta barata, sino una puta de grado medio (no tanto como una escort, pero que al menos no hace la calle) o suelta un emocionante monólogo en el que promete quedarse con él si queda claro que ella es "estrictamente monógama"... para inmediatamente calentarle la polla a todos los amigos de su marido que va conociendo, incluyendo morreos random con SU SUEGRO (?).

Y este padre del protagonista no es otro que Dennis Hopper, que está ahí sonámbulo, de decoración hasta que suelta su gran monólogo, muy guay pero que si te pones a pensarlo tampoco tiene mucho sentido, y por eso los dobladores españoles trataron de arreglarlo añadiendo la mítica morcilla "porque de morir no se libra".

La película se va a desarrollando con esa característica de que todos los personajes hablan y piensan como Tarantino, con esa indiferencia psicópata ante todo, con ese protagonista tan estúpido que no sabe que ha provocado la muerte de su padre ni realmente le importa, con ese amigo actor que pese a no haber conseguido ni un minúsculo papel en su vida (no se sabe si es más ridícula la penosa audición que realiza para decir una frase o que luego ¡le den el papel) va, prueba coca como algo a lo que está superacostumbrado y es lo más normal del mundo (¿No era un actor en paro sin blanca?), y sabe juzgar su calidad y tasarla como un experto.


Vale, la película tampoco está tan mal, pero NO es de las grandes de Tony Scott, y sus virtudes no están en el guión, sino en Scott, en su estilización y en su obsesión por llenar cualquier ridículo papel secundario con un actor verdaderamente grande, incluso antes de que fuera famoso (ahí están Samuel L. Jackson y Brad Pitt de adorno, básicamente).

Ah, y la música de Hans Zimmer es un pastiche miserable del tema de "Malas tierras", explotado hasta la nausea. En aquel momento parecía un guiño entrañable a una película poco conocida, pero hoy que sabemos la escasa ética profesional de Zimmer generando música clónica en cadena con ayudantes en la sombra y el menos esfuerzo posible, resulta un poco más despreciable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

A veces, es mejor no revisar las cosas y quedarse con el buen recuerdo ;)

Danda dijo...

Ya, pero me revienta haber sucumbido a la idealización en el recuerdo y haber dicho el otro día que era una gran película. Por otro lado, me sirve para confirmarme en mi opinión de que para mí la única película verdaderamente redonda de Tarantino es la primera (nunca he disfrutado tanto Pulp Fiction como todo el mundo...).

Y debo de ser masoquista, pero pienso volver a ver "Abierto hasta el amanecer" algún día de estos. Ocurra lo que ocurra, sé que a Salma Hayek no la he idealizado, ella es así de maciza.