sábado, 16 de agosto de 2008

Los señores del acero

Acabo de ver por primera vez "Los señores del acero", una de las películas del tándem creativo Verhoeven-Soeteman, y que presenta los rasgos típicos del cine de estos dos creadores. En primer término está una vez más la mujer rubísima y fuerte que sabe salvar el tipo con su inteligencia y armas de seducción en un entorno hostil y tumultuoso.

Vista esta película 20 años después, me ha sorprendido que lo que suele describirse como el "realismo sucio" de Verhoeven no es tal, quizá porque a estas alturas las características pinceladas... perdón, brochazos de sexo y violencia verhoevianos ya no sorprenden a nadie, pero sobre todo porque la película realiza abundantes incursiones la lógica de dibujos animados, con personajes que sobreviven a caídas brutales, que lanzan un objeto clave en el sitio apropiado en el momento justo al primer intento (excepto cuando la trama necesita que fallen), que construyen invenciones tremendas como del TBO en un tiempo récord... Y eso sin contar con la compresión temporal de una infección digna de las continuaciones de "Alien" que hace que los síntomas de la etapa terminal de una enfermedad aparezcan inmediatamente cuando es necesario para la historia.

Secundarios inmensos como Brion James y Simón Andreu aparecen contratados para no hacer nada, y hacerlo bien. Uno de ellos muere en una imagen como de San Sebastián (aunque con lanzas en lugar de saetas) y el otro se autoempala con su espada cuando su camarada/novio muere (¡qué raro para Verhoeven no mostrar de forma más explícita esta relación!).

Se respiran los aires de "final de una época" como los del "Grupo Salvaje". La superstición funciona de forma muy real durante toda la película, dirigiendo la trama con gestos de Dios, pero en último término esta banda de bribones tiene que desaparecer porque ya no hay sitio para ellos, ante el avance imparable de los nuevos tiempos de racionalidad.

La mujer tiene que decidirse entre dos amores, el macho portador de fuerza que es el dueño del presente, y el chico cargado de inteligencia que tiene la llave del futuro. Ella quisiera quedarse con los dos, pero al final toma una decisión inevitable.

Con todo lo que hemos pasado, y tras ver morir a unos personajes que ya se han hecho entrañables, el final es sorprendentemente ligero, lleno de ganas de vivir. Los que han dejado a sus amigos caídos atrás sonríen porque siguen aquí, y el Héroe se aleja con paso ligero y animado como el de un excursionista que ya ha visto todo lo que hay que ver en un lugar y piensa hacer autoestop hasta la próxima ciudad.

2 comentarios:

Paco Fox dijo...

No es la peli de Verhoeven que más me gusta, pero estoy totalmente de acuerdo con usted en lo de 'el final de una era'. Y lo peor de todo es que creo recordar que era lo que también comentaba Carlos Aguilar en la Guía del VideoCine. ¡Horror!

PD: qué buenas vacaciones me he tirao... cuánto que leer, incluido mi propio blog!

Danda dijo...

Es lo que pasa cuando se comentan clásicos (bueno, sin pasarse...): que ya está todo dicho y acaba uno copiando involuntariamente a las videoguías de turno. Por lo menos no tengo los cojonazos de escribir diez críticas como esta y llevarlas a una editorial a que me publiquen "el libro definitivo sobre Verhoeven".

La próxima semana si lo prefieres comento las dos películas de Scooby Doo, que sobre esas no hay tanto fondo crítico :D